La espectacularización
de la noticia ha ganado terreno en los medios de comunicación. La inmediatez y
la sobreabundancia de información implican una selección constante y atenta de
datos. Miles de periodistas se ven explotados en la vorágine de pertenecer
a la maquinaria comunicacional. Los límites éticos de los comunicadores
padecen de un corrimiento constante. Se desinforma todo el tiempo. Verdad y
mentira se ven revestidas de la misma opacidad. La realidad es inasible. La
subjetividad de receptores es presa de la imparable colonización del Poder. El
escenario desalienta y convoca a la búsqueda inminente de nuevas categorías de
profesionales de la comunicación…
Florencia Podestá
miércoles, 5 de junio de 2013
Haikus
modernos
“Hay tanto por decir, que ha de
decirse con el menor número de palabras posible; eso sí, que cada palabra lleve
ola y color” Jose Martí
La poesía japonesa se
caracteriza por una construcción breve, pero contundente, dotada de una
sencillez que potencia su belleza y su fuerza, el haiku. Este poema breve, pero
preciso, que habla de la naturaleza, de las cosas cotidianas, de los
sentimientos, requiere de una gran habilidad para su creación. Ni siquiera
Borges pudo resistirse al encantamiento de los haikus, y tuvo que escribir el
propio para sortear el hechizo.
En la actualidad,
lidiamos con una versión globalizada, menos poética o carente de toda poesía,
en pocos casos reflexiva, atravesada por la inmediatez y las ansiedades de un
tiempo que vuela y que parece inapresable. El twitter, famoso por sus 140
caracteres se ha convertido en una de las redes sociales más utilizadas en todo
el mundo.
El paso del
tiempo produjo una metamorfosis en la utilización de las palabras, esta especie
de haiku moderno que es el twitter parece estar sustancialmente alejado del
otrora ancestral poema japonés y en la mayoría de los casos, condenado a la
vacuidad. Sin embargo, no son pocos los que intentan defender la contundencia
del contenido que detentan estos espacios de expresión.
La red twitter es
utilizada hasta por el presidente de Estados Unidos, Barak Obama. Sus adeptos
son figuras reconocidas en todo el planeta y hasta intelectuales de renombre se
apropian de este medio de comunicación. Se han transferido conferencias de
científicos por twitter, propiciado el adelanto de lanzamientos de libro, o
incluso se ha utilizado esta plataforma para construir microrelatos.
Pero, a pesar de su
innegable utilidad y su uso extendido, no se puede negar que la dispersión esta
siempre a la orden del día. En un contexto donde hay una sobreabundancia de
información y donde al mismo tiempo las personas necesitan están informadas,
muchos indican que los datos o conocimientos deben brindarse en forma de
píldoras: pequeñas pero contundentes raciones de información que mantendrían al
público constantemente informado. Twitter es una de ellas.
Se sabe -a riesgo de
anular la originalidad- que el tiempo es tirano y en una sociedad globalizada y
dominada por los medios de comunicación, se tiende a pensar que todo el tiempo
sabemos que pasa y podemos informar mediante el uso de las redes sociales lo
que nos pasa a nosotros mismos. Pero esto es realmente así? Sabemos lo que
pasa, conocemos la manera de hacer una selección natural de la información para
que predomine la más apta y por lo tanto “verdadera”? O en esta vorágine en la
que nos vemos inmersos somos más propensos a que las ansiedades anulen el
pensamiento crítico y en esta carrera por aprehender la realidad y poder
reproducirla quedamos carentes de reflexión y lo que sobreviene es el caos?
Los haikus con su
esplendorosa sencillez y cautivante profundidad, hablaban de otros tiempos y
narraban otros escenarios, donde la belleza de la naturaleza imperaba, donde
las pequeñas cosas tenían valor y no precios. Su elaboración requería tiempo,
habilidad reflexión. Hoy los haikus modernos destruyen el sentido de los
anteriores, en la mayoría de los casos representan su otro más abyecto. Quizás
debamos volver a pensar qué hacemos con las palabras que escribimos, por qué la
inmediatez anula su sentido y las hace descartables y para eso los viejos
haikus japoneses tienen mucho para enseñarnos…